Que Rusia se retire de Jersón no quiere decir ni mucho menos que la guerra se termine. El conflicto es como una partida de ajedrez y Ucrania lo sabe; por eso no se fía y además acusa a Moscú de minar la ciudad antes de irse, convirtiéndola en "una ciudad de muerte" llena de peligros para los civiles. "El Ejército ruso ha minado todo lo que ha podido: apartamentos, alcantarillas. La artillería en la orilla izquierda del río Dniéper planea convertir la ciudad en ruinas", ha avisado el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para relajar la euforia ante un nuevo fracaso de Vladimir Putin en el frente. "Así es como se ve el 'mundo ruso': vinieron, robaron, celebraron, mataron 'testigos', dejaron ruinas y se fueron", sentenció.

También es una cuestión de relatos. El Kremlin evita ver esta situación como una derrota y simplemente habla de un reorganización de efectivos, precisamente el temor que está presente en Kiev: un paso atrás para dar varios adelante ya en invierno, cuando además el cuerpo a cuerpo podría tener pocos cambios. Los ataques rusos, en todo caso, se darán con lanzamientos de misiles y con drones, como viene sucediendo en las últimas semanas. "Están preparados para defender esta región y no están preparados para abandonar la ciudad", avisó también Zelenski.

Por lo pronto, las tropas ucranianas anunciaron durante el último día han recuperado el control de doce localidades en la región de Jersón y el Gobierno de Zelenski asegura que las tropas rusas han perdido "diez veces más efectivos" que Ucrania desde el inicio de la invasión. Su ejército, además, se mueve con varios destacamentos para poder proteger la zona. La contraofensiva ucraniana, de hecho, se mantiene aunque sea a un ritmo inferior. "Tenemos una estrategia y distintas direcciones", recordó el presidente, que insiste en ganar la guerra y pone una condición sobre otras para negociar: que Rusia se retire completamente.

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En este sentido, ha indicado que la artillería entregada por Estados Unidos y países europeos ha ayudado a Ucrania a "romper" la ofensiva militar rusa, antes de reiterar su apoyo a Washington y expresar su deseo de que se mantenga "el apoyo bipartidista" en Estados Unidos, que acaba de celebrar elecciones legislativas. Los avances ucranianos son de hecho un motivo más para que Kiev mantenga sus exigencias y Occidente siga surtiendo de ayuda a un país que resiste.

Detrás de cada llamado 'gesto de buena voluntad' por parte del enemigo hay esfuerzos colosales de nuestras tropas

"El enemigo no hace regalos", recalcó un Zelenski que mantiene sus mensajes -implícitos y explícitos- a los aliados para que no aflojen. "Detrás de cada llamado 'gesto de buena voluntad' por parte del enemigo hay esfuerzos colosales de nuestras tropas. Igual que el enemigo se retiró de Kiev y Járkov, dejando una isla en Zmini, la probable salida de Jersón es resultado de nuestras acciones activas", esgrimieron también los altos mandos de las fuerzas ucranianas. Así, la OTAN celebra cada avance ucraniano e insiste en que el apoyo durará tanto tiempo como sea necesario.

La OTAN mantiene la cautela

"Hemos tomado nota del anuncio de Rusia de retirarse de Jersón. Tenemos que ver cómo se desarrolla la situación sobre el terreno en los próximos días", expresó el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, que recordó además que Rusia "está bajo una fuerte presión" ahora mismo. Al mismo tiempo, como Zelenski, mantiene la cautela. En todo caso, Stoltenberg ha puesto en valor que las fuerzas ucranianas están logrando liberar territorio y consiguiendo que Rusia retroceda y se retire de zonas que ocupó al inicio de la invasión. "Estos avances se deben al coraje de los soldados ucranianos", sentenció.

Rusia, por su parte, trata de maquillar sus repliegues y no habla en ningún momento de error o fracaso, más allá de que la retirada de Jersón sea la más llamativa hasta ahora, pues se da solo 40 días después de la anexión ilegal de la región por parte de Putin junto a las de Zaporiyia, Donetsk y Lugansk. Su relato está construido de otra forma y el Gobierno se ha limitado a anunciar el inicio de una serie de maniobras militares de "preparación" en la orilla occidental del río Dniéper. "Nuestras acciones respecto a Jersón dependerán de la situación militar táctica, que es muy complicada. Vamos a actuar con consciencia, de forma adecuada y en el momento preciso", aseveró Sergei Surovikin, general de las Fuerzas Armadas. Al mismo tiempo, el gobernador prorruso de la región aseguró que la retirada ahora "permitirá a Rusia hacer más avances en el futuro".

Las reacciones a los últimos movimientos en la guerra han sido variadas y una de las más importantes llegó desde Turquía, donde su presidente, Recep Tayyip Erdogan, acogió de buen grado la retirada rusa y elogió la "relación de confianza mutua" que mantiene con Putin. No en vano, el país otomano es el gran mediador en el conflicto, y quiere seguir siéndolo. Erdogan defendió que él desarrolla junto su homólogo ruso "una política de líderes" y apuntó además que ambos países mantienen cooperación en varios cambios, incluida la energía nuclear y la industria de defensa. "Fomentan el respeto mutuo", resaltó, antes de incidir en que espera continuar jugando su papel de mediación.

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La Unión Europea también se mueve y este jueves presentó su plan de movilidad militar, con el objetivo, entre otros, de defender con mayor rapidez y efectividad sus fronteras exteriores. En estas maniobras, de hecho, también participará el Reino Unido pese a que ya no forma parte del bloque comunitario. Turquía, por su parte, podría unirse en el futuro. El Alto Representante, Josep Borrell, insistió en la urgencia de una cooperación "estructural, permanente y acordada" para hacer frente a las amenazas. En la lista actual Rusia es la mayor... aunque en la guerra esté perdiendo terreno.